Transferencia de conocimiento a otras generaciones
Las relaciones intergeneracionales son aquellas que se producen entre personas de grupos de edad diferentes que comparten su tiempo y vivencias en actividades o a lo largo del día a día. Los ejemplos más sencillos de relaciones intergeneracionales son los que se dan dentro de un núcleo familiar entre padres e hijos o nietos y abuelos que comparten consejos, experiencias o conocimientos.
Estas relaciones pueden surgir dentro o fuera del núcleo familiar, y en la comunidad Alerces nos interesan las que se producen fuera de la familia. Actualmente, vivimos en una sociedad diseñada para satisfacer las necesidades de las personas según su grupo de edad, desde niños, adolescentes, adultos o mayores. Aunque esto no tiene por qué ser negativo en sí, es cierto que dificulta la interconexión entre los diferentes grupos al no existir mucho espacio donde diferentes grupos puedan socializar de forma casual.
La jubilación puede ser el momento idóneo para que mayores se motiven a la hora de participar en espacios y actividades diseñados para generar relaciones con personas de otras generaciones. A veces estos espacios pueden surgir por iniciativas individuales, como es el caso de Alerces, pero se echa en falta más iniciativa de las entidades públicas para promover estas actividades.
Antes de ver qué ocurre en otros países y buscar ideas y propuestas fuera, habríamos de reparar en los beneficios que las relaciones intergeneracionales proporcionan a todos los grupos de edad ya sea dentro o fuera de la familia.
La transferencia de conocimiento y experiencias entre diferentes generaciones está ligada con la motivación de aprender cosas nuevas. En el caso de mentores y mentees dentro de Alerces, este es uno de los puntos clave de nuestra propuesta, pues la ampliación de conocimientos y la transferencia de las experiencias favorece la percepción de la propia evolución y proporciona cierta realización personal en la persona que las comparte.
En el caso de las relaciones intergeneracionales es importante para el grupo de mayor edad el hecho de dar a la vez que recibir, pues está ligado a la autoestima y a una mejor autopercepción. Darle otro sentido a los conocimientos que almacenan y sentirse valorados por generaciones más jóvenes que beben de sus experiencias, favorece y refuerza la propia autoestima.
Otro de los beneficios para los grupos de edad más joven es el de conocer de primera mano los eventos de la historia reciente de boca de las personas que lo vivieron. Además de la ventaja intrínseca en compartir las propias experiencias y evitar que se pierdan también permite que las nuevas generaciones adquieran más sensibilidad respecto a conflictos que, quizá, sientan como algo lejano.
El valor de las voces protagonistas de grandes eventos es algo que vieron en Alemania, donde actualmente se organizan espacios y actividades para que las víctimas de la II Guerra Mundial narren sus historias a adolescentes con el fin de sensibilizarlos ante lo que vivieron. Estas actividades dan un valor a las experiencias propias, a la vez que acercan a generaciones diferentes para que no se pierda la importancia de un conflicto que afectó a todo el continente Europeo.
A su vez, estas ventajas de las relaciones entre mentor y mentee que se extrapolan de las relaciones intergeneracionales llevan a combatir los estereotipos que tanto mayores como jóvenes pueden tener unos de otros. No solo los estereotipos asociados a la edad, al generar relaciones entre distintos rangos de edad, se están produciendo también otras entre diferentes culturas donde se pueden combatir otros estereotipos.
Las relaciones intergeneracionales son solo unas de las tantas posibles; al crear espacios y diseñar actividades enfocadas al intercambio entre personas de distintas edades, se está creando a su vez una red de relaciones entre personas de distintas culturas, géneros, idiomas… y cada nuevo vínculo que sale de estos espacios tiene diferentes ventajas según el prisma que tomemos.
Volviendo a una de las cuestiones realizadas antes y teniendo en cuenta esta serie de ventajas para todos los involucrados en las relaciones intergeneracionales, podemos ver ejemplos de iniciativas públicas tomadas en otros países. Ya mencionamos anteriormente el caso de Alemania con las víctimas y veteranos de la II Guerra Mundial que narran sus vivencias a generaciones más jóvenes. Pero, ¿qué otras alternativas hay?
En Holanda se lleva a cabo un programa que relaciona a los estudiantes con personas de la tercera edad que viven en residencias. Los universitarios que participan en este programa reciben una habitación gratis a cambio de 30 horas de voluntariado al mes. Además de los beneficios personales y de otros que ya hemos mencionado, así es como los Países Bajos afronta el problema de la falta de espacio y la subida de alquileres que afecta especialmente a los jóvenes.
Los universitarios que participan en este voluntariado de Humanitas tienen en común con los mayores de la residencia la necesidad de tener un espacio donde vivir y unos recursos limitados. Una parte de sus tareas es la de enseñar a los residentes a usar nuevas tecnologías, compartir sus experiencias en clase o fiesta.
Aprendizaje significativo
En España algunas universidades ofrecen algo parecido a alumnos con pocos recursos. Se trata de poner en contacto a universitarios y personas mayores para que convivan juntos a cambio de tiempo compartido o una pequeña ayuda en el día a día. Son iniciativas privadas de las propias universidades o de fundaciones, como por ejemplo el programa intergeneracional Vivir y Convivir de la fundación de Caixa Catalunya.
Otro ejemplo de los Países Bajos es el proyecto “Memorias del barrio” donde diferentes generaciones investigan cómo era su barrio hace décadas. Gracias a este proyecto se ha recuperado la memoria arquitectónica, social y cultural de diferentes barrios, haciendo posible que después se mostrara en centros escolares o sociales.
Está clara la importancia de la creación de redes intergeneracionales, no solo por los beneficios que da para los implicados en estas relaciones, también porque puede aportar grandes ventajas a la sociedad en general. Desde la conservación de la memoria histórica, arquitectónica y social a fomentar valores y sensibilizar a los más jóvenes sobre su entorno.