Longevidad en Okinawa
Aunque la esperanza de vida aumenta exponencialmente en los países occidentales, en los últimos años se mantiene en torno a los 80 años. Sin embargo, hay un rescoldo oriental en el que habitan personas que, actualmente, tienen más de 100 años y crean grupos de moais entre ellos, comunidades seniors que se crean en Okinawa. No es algo común en toda la región oriental, hablamos más bien de áreas concretas donde la mayoría de la población es sorprendentemente longeva. Es el caso de las islas de Okinawa, en Japón, donde el 0.6% de la población es centenaria y crean comunidad entre los seniors, llamados moais. Lo que se aleja bastante de las estadísticas europeas.
Estas personas no deben su longevidad a la zona en la que habitan, más bien, a otros factores externos como el ejercicio, la alimentación basada en vegetales y el voluntariado. Este último punto no parece a primera vista encajar con la concepción de vida sana que tenemos en Europa, sin embargo, la ciencia ha mostrado que el bienestar físico está condicionado por la calidad de las relaciones que mantenemos y con cómo interaccionamos con nuestro entorno. También tiene que ver con los propósitos vitales y la paz mental, elementos fundamentales para mantener el equilibrio alma-cuerpo que permita mantener una vida sana muchos años por encima de la media gracias a las comunidades seniors.
Otra de las características llamativas de la población de Okinawa es la importancia de los lazos familiares. La figura del anciano está muy presente en esta cultura, en la que el adulto mayor ayuda en casa hasta que su salud se lo permite, siendo apoyado y cuidado por sus hijos y nietos en todo momento. La actividad constante ayuda al jubilado a sentirse activo física y mentalmente y a mantener un estado de ánimo positivo ya que siente que continúa aportando a la familia.

La red de apoyos más longeva en Okinawa
Además de los lazos familiares, son esenciales los lazos de amistad. En la isla de Okinawa los grupos de amigos se denominan ‘moais’ y no solo comparten su tiempo de ocio, sino que tienen un fin: el de la creación de una comunidad de apoyo. Comparten huertos comunitarios donde cultivan todo lo que requieren para su autoconsumo, pero también cultivan plantas medicinales. Asimismo, también pescan. El cultivo y la pesca son actividades que no requieren mucho esfuerzo físico por lo que pueden desarrollarlas también adultos de la tercera edad, lo que les mantiene ocupados y activos.
Tanto la actividad como las relaciones sólidas, duraderas y sanas, permiten que la esperanza de vida se dispare. Crear comunidades de personas felices, como los moai, permite que todos los miembros del grupo sean más sanos y longevos. El apoyo que brindan estas comunidades les permite atravesar con más facilidad los eventos traumáticos de la vida, y es fácil formar este tipo de grupos con gente que comparte los mismos intereses, emociones y valores comunes.
Pero no es importante únicamente llegar a una edad avanzada, también lo es hacerlo en buenas condiciones de salud física. Como su dieta es hipocalórica pero rica en nutrientes y antioxidantes, con bajo consumo de carne, lácteos y azúcar. Esta dieta es bastante diferente a la habitual en Japón, pero se acerca a la dieta mediterránea por lo que alcanzar una alta edad no debería ser una utopía para los mayores españoles si siguen las rutinas de autocuidado generalizadas en la isla de Okinawa. Por lo tanto podemos tener claro que el secreto de una vida feliz y larga es el de cuidarse físicamente, pero también el de cuidar a los demás compartiendo con ellos nuestro tiempo y nuestra energía, el mayor regalo.
Nosotros en Alerces tenemos como prioridad el envejecimiento activo, para nuestra comunidad senior no parece una utopía el estilo de vida de los moais ya que lo que trata de alcanzar es precisamente eso: replicar las comunidades seniors que se crean en Okinawa, la creación de redes de apoyo tras la jubilación que permitan continuar explotando el potencial de las personas jubiladas mientras establecen relaciones sociales sólidas y duraderas. ¿Os imagináis a los voluntarios seniors de alerces creando pequeños grupos como los de los moais y compartiendo su sabiduría con los más jóvenes?