La jubilación como un nuevo principio…
Por todos es sabido que el conocimiento es un bien que no ocupa lugar, es un refrán que escuchamos cientos de veces desde que vamos aprendiendo pequeñas cosas en nuestros primeros años de vida, hasta que seguimos aprendiendo a lo largo de toda esta. Un lugar común repetido en todos nuestros entornos, familiar, escolar, laboral… En Alerces nos inquieta más lo que pasa con el conocimiento de los adultos una vez que se jubilan, sabemos que el conocimiento no se va a ningún lugar, sigue con nosotros pero, ¿qué pasa con todo eso que almacenamos? ¿Qué podemos hacer con ese talento senior?
Desde que comenzamos a aprender, tanto en casa, como en colegios y guarderías, asimilamos que la forma más eficaz de seguir adquiriendo conocimientos es compartiéndolos con las comunidades que creamos en clase, extraescolares o en el ámbito familiar. Esa premisa se va repitiendo con el paso de los años, aunque siempre hay una figura que nos guía (profesores, jefes) para incorporar debidamente esos conocimientos, también contamos con compañeros de los que, igualmente, nos nutrimos y apoyamos para completar nuestro aprendizaje.
La jubilación nunca significa un fin, sino una continuación de esos esquemas comunitarios de los que nos hemos valido todo este tiempo, lo único que cambia es nuestro papel. Al igual que en algún momento hemos pasado de aprendices a maestros, de hijos a padres e incluso a abuelos, la jubilación es otro cambio más en nuestro rol. Adaptando la famosa cita de Einstein respecto a la energía, “nuestro conocimiento ni se crea, ni se destruye, simplemente se transmite” y con el tiempo libre extra que nos proporciona la jubilación podemos aprovechar para transmitir todo aquello que las diferentes experiencias vividas nos han proporcionado.
Retornando a las cuestiones del principio, ¿qué ocurre con el conocimiento senior cuando llega la jubilación? Podemos seguir agrandándolo, de hecho ejercitar la mente es la mejor manera de mantenerla en plena forma para conservar lo que sabemos y continuar explorando otros campos. La jubilación y el correspondiente tiempo libre que nos deja, es una oportunidad para adentrarnos en temas y materias que nos llaman la atención e incluso para estudiar una carrera y graduarnos, como el caso de Giuseppe Paterno. Expandir nuestros conocimientos es una opción, pero también podemos aprovechar para alimentar esa comunidad en la que todos bebemos de todos, para alimentar a futuras generaciones con todo lo que está dentro de nosotros, aprovechando las experiencias vividas, el trabajo realizado y el tiempo libre del que disfrutamos.
En la comunidad Alerces creemos en la retroalimentación de jóvenes y adultos para que el conocimiento sea un río que fluye del que todos podemos beneficiarnos. Cuando una persona activa laboralmente se jubila, puede seguir formando a otros en el mismo oficio gracias a los años de experiencia que atesora, y en esto no importa el sector al que nos hayamos dedicado.
También se puede reaprovechar ese talento para enfocarlo a actividades a las que no se les ha podido dedicar el tiempo que quisiéramos, quitarnos las espinitas de pasatiempos a los que renunciamos porque no tenían rendimiento económico.
La jubilación no es el fin de nada, es un nuevo principio donde nuestro rol cambia, donde pasamos a ser graduados en la vida con más tiempo para enseñar a las siguientes generaciones de nuestra familia, de nuestro entorno o de nuestro trabajo. También un nuevo principio para nosotros mismos, para dedicarle tiempo a lo que antes no podíamos, y todo ello siempre nos traerá grandes beneficios para nuestra mente, para nuestro bienestar y para el de los demás.